sábado, 27 de enero de 2007

Venezuela en mil preguntas (CXXXIX)


¿Qué se celebra el 23 de enero de cada año?

El derrocamiento de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, que gobernaba con mano de hierro el país desde 1948, y la continuación del perfectible proceso democrático iniciado en 1936 e interrumpido por el golpe de estado de 1948 derivado del derrocamiento del presidente Medina el 18 de octubre de 1945. La importancia histórica de esta fecha radica en que fue el pueblo y sus instituciones cívicas, como la iglesia, los sindicatos, lo medios de comunicación, quienes se levantan contra la pretensión del tirano de asumir el gobierno por otro período "constitucional", y cuando se le ordena al ejército aplastar a fuego la rebelión la oficialidad joven, entre ellos Wolfgang Larrazábal y Hugo Trejo, se niega a obedecer precipitando el derrocamiento del cobarde dictador que escapa en la madrugada rumbo a su exilio dorado. El 23 de enero de 1958 recuerda la unión de civiles y militares en defensa del Estado de Derecho, la democracia y la libertad.
¿Quién fue Marcos Pérez Jiménez?

Marcos Pérez Jiménez nació en Michelena, estado Táchira en el año 1914. Estudió en la Academia Militar de Venezuela y realizó varios cursos de especialización en el Perú. En 1945, con el grado de mayor, participó en el derrocamiento de Isaías Medina Angarita y en 1948, en el de Rómulo Gallegos. En 1952, consolidó su régimen despótico. A través de la Seguridad Nacional, un cuerpo autónomo dirigido por Pedro Estrada, hombre de entera confianza del régimen, se encargó de controlar y silenciar a los dirigentes de la oposición, procurándoles exilio, cárcel y las más despiadadas torturas. Su gobierno construyó la autopista Caracas-La Guaira, el Centro Simón Bolívar y la Urbanización 23 de Enero que se iba a llamar 2 de Diciembre. En 1957, mediante un plebiscito se hizo reelegir como Presidente para el período 1958-1963; pero la descomposición interna de su régimen y el trabajo laborioso y subterráneo de los partidos políticos, especialmente Acción Democrática y el Partido Comunista, hicieron que las bases que lo sustentaban en el poder se fueran tambaleando. El 23 de Enero de 1958, en horas de la madrugada, Pérez Jiménez no pudo resistir más el enfrentamiento del ejército y huyó junto con su familia a Santo Domingo en un avión denominado por el pueblo "La Vaca Sagrada", dejando abandonada una maleta de cuero que contenía un millón de dólares, acciones y documentos que lo señalaban como incurso en peculado. Finalmente, no se pudo callar la ira de un pueblo que sufría en carne propia persecuciones, torturas, allanamientos, asesinatos, en fin, todas las manifestaciones propias y comunes de toda dictadura militar. De inmediato se instaló una Junta Cívico-Militar, y el pueblo se volcó a las calles para celebrar la caída de una dictadura de diez años. Muchos se vengaron de sus deudos en las personas y bienes de los miembros de la Seguridad Nacional. Pérez Jiménez fue extraditado por el gobierno nacional, juzgado por peculado y condenado a cuatro años de prisión que purgó en la penitenciaría de San Juan de los Morros. Al salir en libertad se trasladó a Madrid, donde vivió de manera opulenta con los dineros de los venezolanos, hasta su muerte de causas naturales, el Miércoles 19 de septiembre de 2001. Como anécdota de un pueblo sin memoria histórica, tal como sucedió en Bolivia con el dictador Hugo Banzer, la figura de Pérez Jiménez, vinculada a la fundación, en 1963, del partido Cruzada Cívica Nacionalista, se convirtió en una notable fuerza política. En las elecciones de diciembre de 1968 obtuvo 400.000 votos y fue elegido senador a pesar de encontrarse ausente del país, pero la Corte Suprema de Justicia invalidó su elección porque Pérez Jiménez no se había inscrito como votante en el registro electoral. En 1973 la Cruzada logró la postulación de Pérez Jiménez para la presidencia de la República, pero los demócratas propusieron y aprobaron en el Congreso Nacional una enmienda constitucional inhabilitando la elección para presidente, senador o diputado de quienes hubieran sido condenados a una pena superior a 3 años por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas, norma que fue recogida por la actual Constitución Nacional.
¿Quién fue Wolfgang Larrazábal Ugueto?

Marino y político, nacido en Carúpano, estado Sucre, el 5 de marzo de 1911, hijo de Fabio Larrazábal y de Gerónima Ugueto. Cursa sus primeros estudios en el Instituto Pestalozziano de Maracaibo. Ingresa luego a la Escuela Naval (1928-1932). Entre los años 1942-1945, fue comandante de los buques cañonero General Urdaneta, guardacostas El Leandro y del cañonero Soublette. Comandante de la Base Naval de Puerto Cabello, es nombrado comandante de las Fuerzas Navales (julio 1947) y en 1949 agregado naval de la Embajada de Venezuela en Washington. Director del Instituto Nacional de Deportes (1952-1955) y del Círculo de las Fuerzas Armadas (1957-1958), asume el cargo de subinspector de las Fuerzas Navales y luego, de comandante de la Marina del 11 al 23 de enero de 1958. Presidente de la Junta de Gobierno el 23 de enero de 1958 hasta el 14 de noviembre de 1958, logra imponerse como líder carismático y populista, ayudado por las medidas tomadas durante su gobierno, en particular el Plan de Emergencia o Plan de Obras Extraordinarias. Candidato presidencial de los partidos Unión Republicana Democrática (URD), Partido Comunista de Venezuela (PCV) y Movimiento Electoral Nacional Independiente (MENI) en las elecciones de 1958, logra obtener 903.479 votos, ocupando el segundo lugar detrás de Rómulo Betancourt. Retirado del servicio activo en las Fuerzas Armadas, es nombrado embajador de Venezuela en Chile (1959-mayo 1960); y se presenta nuevamente como candidato presidencial por los partidos Frente Democrático (FDP) y MENI en las elecciones de 1963, logrando obtener en esa oportunidad sólo el 9,43% de los sufragios. Posteriormente, hasta su jubilación, fue elegido parlamentario en varias ocasiones.
¿Quién fue Rafael Ignacio Arias Blanco? Prelado, arzobispo de Caracas, nacido en La Guaira el 18 de febrero de 1906 y fallecido en un accidente automovilístico en Barcelona, estado Anzoátegui, el 30 de septiembre de 1959, fue el fundador del secretariado de Acción Social (Cháritas) y promotor del rechazo a Marcos Pérez Jiménez a través de una carta pastoral, redactada por el obispo Feliciano González Ascanio, leída en todas las iglesias de Venezuela, el 1 de mayo de 1957, en la cual se hace eco de la creciente oposición popular al régimen. Redactada en lenguaje sobrio pero enérgico, señaló con estadísticas de las Naciones Unidas y observaciones propias, el proceso de empobrecimiento de los trabajadores venezolanos, condenó el latrocinio, los atropellos y el allanamiento de miles de hogares por parte de la Seguridad Nacional. La pastoral también abogaba en defensa de la clase obrera, en tal sentido afirmaba: "...Para mejorar la condición de los trabajadores, nuestra legislación social debe proponerse: la consagración del salario vital obligatorio y la institución igualmente nacional de una política de prestaciones familiares, pues se trata de dos conquistas logradas ya en muchas naciones cristianas del mundo occidental...".
¿Quién fue Fabricio Ojeda?

Maestro de escuela, periodista y dirigente político, nacido en Boconó, estado Trujillo, el 6 de febrero de 1929 y fallecido en Caracas el 21 de junio de 1966. Periodista de planta del diario El Nacional y miembro del partido Unión Republicana Democrática (URD), adquirió notoriedad, tanto nacional como internacional, en la madrugada del 23 de enero de 1958, al anunciarse por radio ante Venezuela como presidente de la Junta Patriótica. En efecto, algunos de los jóvenes miembros de URD, José Vicente Rangel, Amílcar Gómez y el propio Ojeda habían sido los primeros en responder, desde junio de 1957, a la invitación que les hiciera el Partido Comunista de Venezuela, por boca de Guillermo García Ponce, de constituir un organismo de enlace entre los partidos políticos que, en la clandestinidad, combatían al gobierno del general Marcos Pérez Jiménez. Ese organismo se llamó Junta Patriótica y sirvió, después del 1 de enero de 1958, no sólo como punto de reunión de la oposición civil al régimen, sino como punto de confluencia con la conspiración militar. La Presidencia de la Junta era rotatoria y fue así como, el 23 de enero de 1958, le tocó a Fabricio Ojeda su turno en el desempeño de dicha función, convirtiéndose en una suerte de símbolo de la nueva etapa política que le tocaba vivir al país. Diputado por el Distrito Federal en las planchas de URD (1959), fundador y director de la revista de noticias Siete Días (1960), Fabricio Ojeda, deslumbrado por la Revolución Cubana, se convirtió en un defensor apasionado del régimen político instaurado en la isla. Autor del libro Presencia revolucionaria de Martí, pronto decidió renunciar a su condición de parlamentario, mediante una carta que fue, en cierta forma, su testamento político. Incorporado a la lucha armada de las guerrillas, fue capturado a mediados de 1966. A los pocos días, apareció ahorcado en su celda. La versión oficial de su muerte fue la de suicidio.
¿Cómo fue la participación militar en el derrocamiento del tirano?

Determinante. El 23 de enero no se puede entender sin tomar en cuenta sus antecedentes más cercanos. En primer lugar, la crisis militar, originada a raíz de los sucesos del 1 de enero de ese mismo año, que trastocó el poder absoluto que hasta entonces tenía el primer mandatario en el seno de las Fuerzas Armadas; el alzamiento de los oficiales de la Fuerza Aérea en la base de Boca de Río, cercana a la ciudad de Maracay y del cuerpo de blindados del cuartel Urdaneta de Caracas al mando del teniente coronel Hugo Trejo, produce una crisis de liderazgo en la institución castrense. A pesar del fracaso de esas acciones, los venezolanos de todos los sectores se pudieron dar cuenta de la situación militar que culminaría con la sublevación, el día 22, de los oficiales al mando de la Escuela Militar en Caracas, así como de las bases navales de La Guaira y Puerto Cabello y de gran parte de los cuarteles en el interior del territorio nacional. En segundo lugar, la crisis política en el seno del propio gobierno producto de la descomposición y fraccionamiento del mismo a raíz del plebiscito de diciembre de 1957 y que origina dos cambios de gabinete sucesivos, los días 10 y 13 de enero de 1958 respectivamente y la salida hacia el exterior de los personeros más cercanos a Pérez Jiménez vetados por las Fuerzas Armadas, Laureano Vallenilla Lanz, ministro hasta entonces del Interior, y Pedro Estrada, jefe de la policía política del régimen, la Seguridad Nacional, que había aterrorizado a la ciudadanía con sus torturas y asesinatos.
¿Cómo fue la participación civil en el derrocamiento del tirano?

Ante tal cuadro político y militar, comienzan a publicarse diversos manifiestos en contra del gobierno tambaleante, firmados por hombres y mujeres quienes representan los más diversos campos de la actividad económica, profesional y cultural, así como también pronunciamientos públicos de instituciones nacionales como el Colegio de Ingenieros, la Asociación Venezolana de Periodistas, federaciones obreras y sectores empresariales que, hasta ese momento, no habían tenido una oportunidad tan clara de protestar por conformismo, miedo o represión. Al mismo tiempo, los líderes y dirigentes medios de los partidos políticos democráticos se movilizaban a través de la Junta Patriótica, organismo formado el año anterior con la misión de concertar acciones entre dichos partidos en favor de incentivar la lucha popular y la agitación política en contra del gobierno. El momento cumbre de estas acciones es la realización de la huelga general del 21 de enero, en donde convergen la actuación de los partidos, la Junta Patriótica, los estudiantes y sectores empresariales y culturales junto con las masas populares, tomando la revuelta un cariz enteramente unitario y prestándole a los oficiales alzados un apoyo definitivo.

viernes, 26 de enero de 2007

José Antonio Páez: De Primera Lanza a Fundador de Venezuela (II)



Páez, capitán de la patria
Al llegar Bolívar triunfante a Barinas, en su Campaña Admirable, los realistas, derrotados en Niquitao por Ribas, habían abandonado la ciudad, y Pulido es repuesto en su cargo de gobernador. Páez, que se incorporó a las fuerzas de Pulido en Santa Bárbara y lo acompañó en su retorno a Barinas, fue ascendido a capitán por haberse negado a aceptar el mismo grado en las filas enemigas. Ante la amenaza de los realistas comandados por Yánez, Pulido resuelve abandonar la ciudad para evitar represalias contra la población civil, y Páez recibe la orden de combatir contra el comandante realista Miguel Marcelino, que ocupaba Canaguá con 400 hombres, Páez cumple la misión y lo derrota en las “Matas Guerrereñas”, el 27 de noviembre de 1813. Pero al regresar a Barinas un correo le informa de la llegada a esa ciudad de las tropas de Yánez y que los patriotas se habían replegado a San Carlos.
Páez condenado a muerte
Tratando de evitar el encuentro con las tropas enemigas, se dirige a Guasdualito, pero sus tropas desertan y completamente solo se dirigió a Canaguá, donde fue capturado y enviado prisionero a Barinas, donde el comandante Antonio Puy lo condenó a muerte, salvándose a última hora gracias a que la noticia de la victoria de Bolívar en Araure puso en fuga a los realistas. Años después, en 1826, Bolívar, sin especificar el hecho, hace memoria: “¿Qué no me deben todos en Venezuela, y hasta usted?, ¿no me debe la existencia? Corroborando esta afirmación existe una comunicación, publicada por Lecuna, del teniente coronel Vicente Becerra, uno de los derrotados en Araure, escrita al general Cagigal desde Barinas el 28 de agosto de 1814: “Don Antonio Puig, que hacía de gobernador abandonó esta ciudad la noche del 6 de diciembre a consecuencia de la derrota y dispersión de nuestro ejército en Araure”.
El odio lo lleva a Barinas y a Mérida
Páez, enfurecido por deseo de venganza, íngrimo, disfrazado de peón emprendió la persecución de Antonio Puy con la intención de matarlo personalmente, pero la ventaja era mucha y también las privaciones y los peligros en un territorio plagado de enemigos. Se alistó entonces en la caballería del comandante Olmedilla, figurando en la defensa de Barinas entre el 12 y el 19 de enero de 1814, al mando de Ramón García de Sena, y, abandonada la ciudad se traslada a Mérida donde el capitán Antonio Rangel lo utiliza para el adiestramiento de reclutas, allí participó en el combate de Estanques contra el comandante Aniceto Matute.
De Mérida a Casanare y caudillo de los llaneros
Páez permaneció en Mérida hasta fines de septiembre de 1814, cuando se incorporó por poco tiempo a las fuerzas de Urdaneta, quién desde Barquisimeto se retiraba a la Nueva Granada; se separó de este general y se dirigió por los llanos a Casanare (pertenecientes a la Nueva Granada) ya con un proyecto personal en mente: acaudillar a los llaneros que hasta entonces habían estado al servicio del rey, proyecto que no puede cumplir a cabalidad porque los llaneros eran realistas natos. En su Autobiografía, Páez nos narra que al llegar a Poré, capital de Casanare, “...encontré al comandante venezolano Francisco Olmedilla, a quien el gobierno de Casanare había nombrado comandante en jefe. Tanto el gobierno como Olmedilla me recibieron con las mayores muestras de satisfacción, proporcionándome recursos y manifestándose tan dispuestos a auxiliar mis proyectos, que a los tres días me encontraba ya en el pueblo de Betoye a la cabeza de un regimiento de caballería...”.
Páez se opone a los crímenes de Olmedilla
En Poré se les unen varios oficiales y con un ejército de más de mil hombres, avanza hacia Venezuela el 10 de octubre de 1814, al mando del capitán Francisco Olmedilla que había sido nombrado Comandante de la caballería, integrada por venezolanos y granadinos, por el gobernador de Casanare, Fernando Serrano. De allí marchan contra Guasdualito, y el 29 de enero de 1815 atacan y derrotan un destacamento realista de 800 hombres mandado por el coronel Miguel Briceño Pacheco, alias “el Cotudo”. Páez tiene diferencias con Olmedilla por el bárbaro asesinato del comandante realista Manuel Marín Marchán, rendido ante Páez, y que Olmedilla ordenó le cortaran la cabeza. “Enseguida ordenó Olmedilla que todas las tropas entrasen en la plaza y condujeran allí a los prisioneros, y cuando aquellas estuvieron formadas en los cuatro ángulos del cuadrado con los prisioneros en el centro, dispuso Olmedilla que su segundo, Fernando Figueredo, hiciese cortar la cabeza a todos ellos”. La oportuna intervención de Páez impidió que esta salvajada se consumara, en ese momento, en su totalidad, pero en un descuido de Páez en su regreso a Casanare, Olmedilla los asesinó a todos.
Páez semi desnudo y descalzo
De vuelta a Casanare Olmedilla abandona el mando, y es sustituido por su segundo, Fernando Figueredo Mena, quien tiene severas disputas con Páez, al grado de ordenar su detención y “ponerle un par de grillos”, cosa a la que Páez se opone resueltamente. Figueredo le concede un pasaporte para la capital, pero la tropa deserta y sigue a Páez. Figueredo informa al gobierno de la situación y éste dando la razón a Páez, lo destituye. El 31 de octubre de 1815 el general Joaquín Ricaurte, sustituto de Olmedilla al mando de las tropas patriotas, derrotó al coronel Sebastián de la Calzada en la batalla del Banco de Chire. Páez dio prodigios de valor en esta batalla y se distinguió por la feroz persecución al enemigo en retirada, acción que continuó acompañado de un muchacho carabinero, porque sus soldados se detuvieron a apoderarse del botín abandonado por los realistas. Al día siguiente de la batalla Páez se presentó ante el general Ricaurte: - “Felicito a Ud. comandante Páez, me dijo, por su bravura y heroico comportamiento en el combate de Chire; pero ¿cómo es posible que Ud. se me presente en ese traje de mendigo?” -“Mi general, le respondí, es el único que tengo. Creí mi obligación como militar venir a presentarme a mi superior, y lo he hecho sin ocuparme del vestido y creyendo que nadie está obligado a más de lo que puede”. Ricaurte, que se había apoderado para su provecho personal del botín capturado a los realistas, fue incapaz de proveer a Páez de una vestimenta decente.
Abandonado por los suyos gana su primera gran batalla
Posteriormente, por una información confidencial que anuncia la cercanía de los realistas, es abandonado por Ricaurte y su Estado Mayor, que nada le avisan, con 500 lanceros en Guasdualito. Con esa fuerza derrota, la noche del 16 de febrero de 1816, al coronel Francisco López en el combate de Mata de la Miel, (fue el único que se atrevió a combatir de noche) triunfo por el cual el gobierno de la Nueva Granada le concede el ascenso a teniente coronel, y el 13 de junio del mismo año triunfa en el Paso del Frío, derrotando a 1.200 jinetes con artillería y 400 hombres de infantería al mando del mismo López, apoderándose de la población de Mantecal. De estas tropas españolas había huido Ricaurte abandonando a Páez a su suerte, pero el valor del bien llamado “Centauro de los Llanos” superó limitaciones y se impuso. Por esta conducta característica había ido adquiriendo un gran ascendiente sobre las tropas llaneras.
El gobierno de Guasdualito
A principios de julio de 1816, Páez, que se encontraba en la Trinidad de Arichuna, recibió una comunicación del coronel Miguel Valdés para que asistiera en la villa de Arauca, un pueblo colombiano situado en la margen derecha del río Arauca, a una junta de oficiales, granadinos y venezolanos, para formar un gobierno provisorio, que se llamó Gobierno de Guasdualito. Este gobierno que duró hasta el 31 de julio de 1817, forma parte de la desarticulación orgánica que durante esos años caracterizó la guerra de la independencia en Venezuela. El llamado “Ejército de Oriente” al mando del coronel Miguel Valdés, que se encontraba en situación de retirada por el avance de las tropas realistas de Pablo Morillo, Miguel de la Torre y Sebastián de la Calzada que habían desarticulado el ejército republicano de la Nueva Granada, recibió instrucciones del gobierno de concentrarse en Casanare y ponerse a las órdenes del general Rafael Urdaneta. Valdés rehusó entregar el mando y marchó a Guasdualito donde reemplazó a Joaquín Ricaurte, al tiempo que nombraba al teniente coronel Miguel Antonio Vásquez, como jefe del ejército. Poco después llegó a Poré, donde se encontraba Urdaneta con el cargo de Comandante de las Armas, el general francés Manuel de Serviez. Allí Urdaneta recibió una comisión de facciosos que lo destituyó del mando y nombró como presidente gobernador al coronel Juan Nepomuceno Moreno. Fue en este momento cuando Valdés realiza la convocatoria a la oficialidad, y el 16 de julio de 1816 quedó constituido el gobierno provisorio presidido por Fernando Serrano, ex gobernador de Pamplona, quien redactó una constitución que jamás se puso en práctica; se nombró a Francisco Javier Yánes como ministro secretario; los generales Urdaneta y Serviez fueron nombrados consejeros de Estado, y el general Francisco de Paula Santander, jefe del ejército de Apure, con el grado de general en jefe, que nunca le fue reconocido. La sede del gobierno estaría en Guasdualito. Pero al poco tiempo, en septiembre, las tropas aclamaron a Páez como Jefe Supremo desconociendo a Santander, que viendo el peligro que corría su propia vida si se oponía decidió deponer su cargo ante Serrano. Páez fue reconocido como jefe del ejército y ascendido a general de Brigada, cargo que será oficializado por Bolívar, en 1817. Páez como primera medida, destituyó al presidente Serrano y se proclamó jefe del gobierno y de los ejércitos.
¿Fue Páez un desertor?
En el informe que el marqués del Toro presenta a la Junta de Caracas, relatando los pormenores de su fracasada campaña militar sobre Coro, en 1810, aparece un tal José Antonio Páez como desertor. ¿Sería el mismo Páez de las Queseras del Medio y Carabobo? Parece que si. En ese momento la situación política era poco clara, y es posible que a Páez no lo convencieran las poses aristocráticas del ampuloso aristócrata caraqueño y decidiera poner pies en polvorosa antes de que se complicara la cosa. Lo cierto es que existe el documento que denuncia ante las autoridades civiles y militares a José Antonio Páez como reo de fusilamiento por desertar de sus deberes en un ejército en campaña. (Continuará)

José Antonio Páez: De Primera Lanza a Fundador de Venezuela I




José Antonio Páez de primera lanza a fundador de Venezuela (I)
18 de enero 2007
Rafael Marrón González

Cuando José Antonio Páez, estrenando galones de General en Jefe, entra por primera vez a Caracas, el 29 de julio de 1821, en el séquito de Bolívar, seguido a distancia por una joven de dieciocho años, trigueña, de negro pelo trenzado en larga crineja y bellos ojos, tenía 31 años y lejos estaba de imaginar que en su futuro le correspondería ser el traductor de los deseos secesionistas de toda una nación que además de libre de potencia extranjera, también quería ser soberana; y que le tocaría, durante los dieciocho años comprendidos entre 1830 y 1848, la formación política de la República de Venezuela y la consolidación de sus instituciones administrativas, y ser el primero en convocar a elecciones para elegir sucesor y el primer Presidente de Venezuela en entregar el poder a quien vence en una contienda electoral, como fue el caso de las elecciones de 1835 que gana el doctor Vargas, cuyo contendor, el general Carlos Soublette, era el candidato oficialista, constituyéndose el traspaso en un ejemplo de civismo. Será Páez el hombre que hasta el último momento lucha por el respeto a la institucionalidad cada vez que es vulnerada, como en el derrocamiento de José María Vargas, el 9 de febrero de 1835; y cuando José Tadeo Monagas asalta el Congreso Nacional, el 24 de enero de 1848, Páez se levanta en armas para restablecer la Constitución de la República y es vencido por su compadre y antiguo subalterno José Cornelio Muños en el sitio de “Los Araguatos”, y es escarnecido llamándole el “rey de los araguatos”, encarcelado y exiliado a la Nueva Granada desde donde parte para Jamaica y curazao. Su intervención contra el alzamiento pro monaguista que desembocó en la guerra federal se debió al llamado de Julián Castro y de la Convención de Valencia, en diciembre de 1858, para que restituyera la paz en el país, pero los acontecimientos se precipitan y asume, por cuarta vez, el 10 de septiembre de 1861, la presidencia con el carácter de dictador, al mejor estilo romano, y el de Jefe Supremo de la República en guerra. La historia, humana al fin y sujeta a sus pasiones y veleidades, prefiere difundir esta última discutible actuación de Páez, echando un velo sobre su civilidad indiscutible.
Un Magistrado ejemplar
Los historiadores de manera unánime sostienen que: “El caudillo se empeña en borrar leyendas nacidas en los difíciles días iniciales de la campaña heroica, que mantenían temblando al procerato civil, de echarle tierra a una conducta más propia del militar que del mandatario civil que reclama el país, y los legisladores, tomando en cuenta todas las precauciones del caso, saben responsabilizar y encauzar por caminos rectos a quien en el transcurso de los años se convierte en un Magistrado ejemplar”. Y de su forma de gobernar opinan: “Durante su gobierno concilia la libertad y el orden y llama a colaborar a las figuras más destacadas de la época. En su conciencia no hay rencores. Muchos, quienes temen represiones por haber tenido diferencias con el general Páez, entran a girar en su órbita administrativa. Páez se convierte en lazarillo de un gobierno deliberativo que sirve de laboratorio a los intentos de gobiernos democráticos del continente”. Durante los primeros nueve años del gobierno de Páez, en dos períodos, nos dice la historia: “Entra en vigencia la Amnistía, se otorgan indultos, ascensos militares y se da comienzo a las primeras obras públicas. Durante el último período de Páez se decreta el traslado de los restos del Libertador, la instalación del primer Banco, la primera Ley de Jubilaciones, el establecimiento de la Colonia Tovar, se funda el Partido Liberal, se asoma la libertad de prensa, aparece el periódico “El Venezolano” y una voz y una palabra que sacudió las masas populares, llamado Antonio Leocadio Guzmán...”. Y así lo percibe el pueblo venezolano que le demuestra su admiración cuando sus restos regresaron a la patria y son llevados al Panteón Nacional, en el año 1888, 15 años después de su muerte. Este acto solemne se llamó “La Apoteosis del General Páez”.
Páez en la visión de Uslar Pietri
Arturo Uslar Pietri escribe una certera semblanza de este héroe de la venezolanidad: “Un hombre que venía del pueblo y era genuinamente pueblo, no sentía la necesidad de una retórica populista. Hizo el único gobierno liberal que conoció la Venezuela del siglo XIX, para tener la sorpresa de que la más agresiva oposición se formara contra él en nombre del liberalismo. Por una cruel y absurda ironía se le llegó a llamar godo, que fue durante la Independencia el nombre de guerra con el que se designaba a los realistas más recalcitrantes. Los hombres de la leyenda romántica gustaban de llamarlo el Centauro. Había cierta justicia en esto. No era solo por sus hazañas increíbles de lancero de los llanos, sino porque, como el mítico Quirón, fue también maestro de enseñanzas prácticas. Quiso hacer república y crear un orden para una Venezuela amenazada por la anarquía y la disolución. En toda su vida hay unidad y continuidad. Es el mismo hombre de las Queseras, que le devuelve la Presidencia a ese noble símbolo del Poder Civil que es el doctor Vargas. Y es el mismo que le muestra a Falcón, en la sabana del combate, al final de la Guerra Federal, como se ganó en Carabobo. Frente a la larga descendencia de los caudillos personalistas y dictatoriales que poblaron nuestro siglo XIX, Páez es un legalista, un mantenedor de principios, un hombre que cree necesario y respetable el orden constitucional. Con todas sus grandezas y limitaciones, personificó a Venezuela en una época decisiva de su historia. Del hato de Calzada al Panteón Nacional su vida es una sola vida”.
La visión de un diplomático extranjero El diplomático estadounidense Jhon G. A. Williamson, primero que mantuvo esa nación en nuestro país, conoció íntimamente a Páez, y escribe: “Mientras más conozco a este hombre más me complace su modo de ser. Estoy convencido de que sus deseos son los de engrandecer o, mejor dicho, tratar de beneficiar a este país en todo lo que esté a su alcance”. Y en otro aparte nos refleja la sencillez del prócer: “Visité al general Páez y lo encontré en su “gallera” privada, preparando sus gallos para la gran pelea que habrá el próximo mes. Me recibió en saco, sin chaleco ni corbata, y en pantuflas. Él siempre ha preferido la sencillez en el vestir. La pompa lo incomoda. Viéndolo así, quien no lo conoce difícilmente diría que es el presidente de Venezuela y el militar”.
El historiador Elías Pinto Iturrieta enumera dentro de sus virtudes:
“La valentía sin tasa que lo presenta como una figura de excepción en los anales de la historia militar. El abundante talento natural, que permite una explicación sobre su ascenso social y político. El carácter tesonero, mediante el cual se convierte en un luchador incansable frente a la adversidad y en un hombre enamorado de la vida”. Y dentro de sus defectos: “Una desmedida ambición de poder, capaz de llevarlo a protagonizar una decrépita dictadura. La miopía en la selección de sus allegados, debido a la cual sienta a José Tadeo Monagas (que no vacila en traicionarlo, cambiándose de bando) en la silla presidencial, y permite en la ancianidad los consejos de un valido pretencioso como Pedro José Rojas. Su abismal alejamiento del pueblo, hasta el extremo de despreciar los intentos de organización ensayados por los pardos”.
Asombrosa superación personal
Fue asombrosa la capacidad de superación intelectual y la inmensa capacidad de adaptación al medio ambiente de José Antonio Páez, un hombre nacido en el medio rural venezolano, en el pueblo de Curpa, cerca de Acarigua, estado Portuguesa, el 13 de junio de 1790, y que durante su juventud recibió una muy elemental educación. Era hijo de Juan Victorino Páez, funcionario del Estanco de Tabaco, y de María Violante Herrera. A los ocho años aprendió a leer “mal” en la escuelita rural de doña Gregoria Díaz, en Guama, y junto con su cuñado Bernardo Fernández desempeñaba algunas actividades de comercio menor. En 1807, con apenas 17 años, cuando regresaba de Cabudare, fue asaltado en el bosque de Mayurupí por cuatro hombres, y haciendo uso de las pistolas que cargaba en el arzón, mató a uno de los asaltantes y puso en fuga a los demás, fue en defensa propia, pero por ello, “...inducido solamente por un temor pueril, resolví ocultarme, y tomando el camino de Barinas, me interné hasta las riberas del Apure, donde, deseando ganar la vida honradamente busqué servicio en clase de peón, ganando tres pesos por mes en el hato de la Calzada, perteneciente a Don Manuel Pulido...”. En este hato estuvo bajo las órdenes de un capataz negro llamado Manuelote, que se esmeraba en vejarlo, y que una vez estuvo a punto de asesinarlo al ordenarle cruzar un río para buscar un caballo que se había escapado, obviando que Páez no sabía nadar. En La Mata de la Miel, prisionero de guerra, Manuelote conoció la nobleza del antiguo vasallo y se jactaba de haber sido él quien había formado el hombre para las acciones heroicas.
Dominga y Barbarita
En 1809 contrajo matrimonio con la guerrillera Dominga Ortiz en la población de Canaguá, hoy Libertad, en el estado Mérida, que recogió y crió como suyo a Ramón Ricaurte, hijo de Páez previo a su matrimonio, y a quien abandonará en 1821 con sus hijos Manuel Antonio y María del Rosario, para hacer vida concubinaria con Barbarita Nieves, nacida en los llanos apureños en 1803, a la que conoció posiblemente en 1820 y con quien conviviría hasta la muerte de ésta ocurrida en Maracay el 14 de diciembre de 1847, y de la que tuvo dos hijas, Úrsula y Juana de Dios, esta última casada con José María Francia, para quien es el mensaje urgente, que ante la gravedad de Barbarita le envía Páez el 19 de noviembre de ese año: “Mi pensado José María: Bárbara tu madre se nos ha agrabado considerablemente. Considérame como estaré. Bente bente bolando bolando. Soy spre. tuyo de corazón. Páez”. Fue Barbarita Nieves un personaje fundamental en la vida civil de Páez, según José Antonio Calcaño: “Era soprano y tocaba dúos con el general. Fue quien llevó a la casa del jefe llanero algo de cultura verdadera y juntos leyeron a Lamartine, Rousseau y Cervantes. Estas circunstancias explican bien que desde la Presidencia apoyara Páez las empresas musicales, así como la enseñanza de la música”. También estimuló el teatro y la pintura e incentivó al general para que aprendiera otros idiomas. Cuando Páez cae prisionero de Monagas en 1849 y es encerrado en el castillo de San Antonio en Cumaná, “...en una reducida mazmorra de piso húmedo y donde el aire era tan sofocante que me veía obligado a tenderme en el suelo y aplicar la boca a la rendija para poder respirar...”, fue a cumplir con sus deberes de esposa doña Dominga Ortiz, acompañada de su hija María, y lo acompaña después hasta Saint Thomas en su camino al destierro en Nueva York. “Hasta aquí llego yo”, fue la contundente respuesta de la orgullosa esposa ante la esperanzada súplica de Páez para que no lo abandonara en tan difícil destierro.
Patriota y realista
La revolución de 1810 encontró a Páez en Canaguá, y como Pulido fue nombrado gobernador de Barinas, le incorporó a sus filas. A consecuencia de los triunfos de Monteverde en 1812, Pulido tuvo que abandonar Venezuela y dirigirse a la Nueva Granada. Páez pidió su baja en 1813, con el grado de sargento primero, y permaneció en Canaguá donde tuvo que cumplir la misión de recolectar ganado para el Gobernador realista Antonio de Tíscar quien le ofreció el despacho de capitán que él fingió aceptar para, dándose a la fuga, salir en busca de los patriotas. Páez jamás fue realista ni perteneció al ejército del rey, como dicen algunos historiadores, se vio obligado a realizar un servicio para ellos, como tuvo que hacerlo la mayoría de la población de Venezuela durante los años de la ocupación de Monteverde y luego de Morillo. Porque negarse significaba la muerte. (Continuará)
Nota
Me informa un oyente de mi programa radial que Chávez había ordenado sacar a Páez del Panteón Nacional. Si eso es cierto, tal despropósito que atenta contra el espíritu de la nacionalidad surgida en Carabobo, gesta de la que Páez es héroe inmarcesible, sería la evidencia más clara de la intención bastarda de alterar la historia patria para imponer falsas lealtades comunes al gentilicio.

jueves, 25 de enero de 2007

De interés nacional


Frente a la torpe obsecuencia de la Asamblea Nacional que resignó sus responsabilidades para las que fue electa por el pueblo en el Presidente de la República en una Ley Habilitante que es más una cesión de soberanía de un Poder Público autónomo, lo que le permite a Hugo Chávez reformar la Constitución por vía extraconstitucional, el abogado Herman Escarrá, en nombre del Comando Nacional de la Resistencia, difunde la siguiente declaración, que puntualiza las perversiones derivadas de este acto espurio que lesiona los principios de la democracia, que publico en esta página por su coincidencia con mi texto "¿Presidente habilitado o Asamblea deshabilitada?", del pasado viernes 19 de enero.
La Comisión Presidencial para la Reforma Constitucional
Con mucha preocupación alertamos al país sobre la reiteración hegemónica en la conducta presidencial al subordinar los poderes públicos a sus objetivos. Resulta grave que el poder ciudadano así como magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que en algún momento tendrán que decidir entre otros aspectos sobre el tema de la Reforma Constitucional o el Poder Constituyente del pueblo, sobre los principios y valores constitucionales y lo que debe interpretarse por estructura de la Constitución, se integren a una comisión presidencial que aunque presidida por la presidenta de la Asamblea Nacional, está totalmente subordinada a las directrices, criterios y designios del titular del Ejecutivo nacional, lo que demuestra el proceso de desintegración de la República y de la institucionalidad democrática en Venezuela.
La Reforma Constitucional
El Presidente insiste en dar un golpe de estado a la constitución democrática, se trata del anuncio de un acto ilegítimo, inconstitucional de parte de uno de los poderes públicos contra el pacto fundamental de la nación venezolana expresada en la Constitución. El título IX de la Constitución contiene 3 capítulos, el de la Enmienda que claramente dice en el artículo 340 constitucional que no se puede alterar la estructura fundamental de la Constitución; el de la reforma constitucional en cuyo artículo 342 se habla de la revisión parcial de la Constitución y la sustitución de varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional; y la Asamblea Nacional Constituyente en cuyo artículo 347 se señala que el pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario y en consecuencia puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.
Reelección indefinida: propósito central de la reforma
El Presidente ha planteado sustituir la fórmula política de la Constitución por la noción del socialismo del siglo XXI; la reelección presidencial indefinida, la reestructuración de la división política del territorio nacional y de la organización de la República con base en los llamados consejos comunales y disminuyendo competencias y atribuciones del poder público municipal e incluso han anunciado reducir los municipios que constituyen, como todos sabemos, la unidad política primaria de la organización nacional y por supuesto del ámbito local; también se ha propuesto la modificación del sistema socioeconómico y de los conceptos constitucionales sobre la educación, a lo que también se agrega una nueva doctrina tanto de la Fuerza Armada Nacional como de la seguridad y defensa de la nación. Es evidente que esta sustitución de la Constitución en la que está empeñado el gobierno solo puede realizarse convocando al pueblo de Venezuela depositario del Poder Constituyente, único poder que puede transformar el Estado y sustituir el sistema político. Por tanto reitero que la confusión presidencial es grave y de llevarse adelante por esa Asamblea Nacional apócrifa, espuria e ilegítima se activaría entonces el derecho de rebelión constituyente consagrado en el artículo 350 constitucional frente a la violación de los valores, principios y garantías democráticas consagradas en la Constitución y en el derecho internacional donde tiene primacía la Carta Democrática Interamericana y el pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos.
El fraude al Poder Constituyente del pueblo
El poder constituido que representa el jefe del Estado no puede ni debe ir en contra de la voluntad soberana del pueblo que se expresa como Poder Constituyente. Se trata de hacer valer conforme al principio democrático la suprema autoridad del pueblo frente a la autoridad del gobernante. El Poder Constituyente es un poder pre-jurídico de naturaleza política. El falseamiento de la Constitución para desconocer al poder constituyente del pueblo no es otra cosa que el secuestro de la soberanía y la falsificación y engaño de la voluntad democrática. El fraude que pretende el gobierno hacer al poder constituyente del pueblo pone de manifiesto la confrontación de quienes quieren preservar y profundizar un sistema no democrático hasta el punto de utilizar la operación de reforma como un instrumento legitimador del golpe de estado a la Constitución. Se trata de un burdo simulacro muy propio de los sistemas autoritarios y plebiscitarios, pero al final la historia demuestra que el poder constituyente del pueblo se impone o por la vía de las grandes movilizaciones populares o por la vía del desconocimiento o la rebelión constituyente.
La Ley Habilitante y sus límites
Preocupa el desconocimiento de los asesores presidenciales al proclamar irresponsablemente que las leyes habilitantes no tienen límites, basta la lectura del artículo 203 de la Constitución para saber que las leyes habilitantes tienen una primera condición formal que es la de la aprobación por las tres quintas partes de los integrantes de la Asamblea Nacional (lo que no está en discusión); otra condicionante es el establecimiento de directrices, propósitos y marco de las materias que se delegan al presidente; también el plazo definido del ejercicio de las leyes habilitantes. Opera igualmente el concepto de la técnica de la reserva legal en lo que respecta a los derechos humanos los cuales no pueden ser regulados por leyes habilitantes, y tampoco pueden las leyes habilitantes afectar las materias que son propias del poder de revisión constitucional o del Poder Constituyente, así por ejemplo una nueva ordenación territorial que modifique la división política establecida en los artículos 16, 17 y 18 de la Constitución no tendría validez alguna, así como tampoco una ley habilitante que modifique las disposiciones constitucionales sobre la seguridad de la nación al que se refiere el título VII constitucional, o si se le ocurriera al régimen mediante Ley Habilitante afectar los valores contenidos en el artículo 2 constitucional, serían disposiciones nulas, de nulidad absoluta. La delegación legislativa obedece al principio "Rationi Legis Stricta" es decir, es preminente el carácter limitativo de los términos en el que deben concebirse el carácter de las disposiciones proveniente de las leyes habilitantes. Pero además de estas limitaciones debemos agregar lo siguiente: En el ámbito de transformación de las instituciones del Estado no pueden alterarse los artículos 136 y 137 de la Constitución; en el ámbito de la participación popular no puede modificarse los derechos políticos del pueblo contenido en los artículos 62 a 74 de la Constitución; en el ámbito de los valores esenciales del ejercicio de la función pública, las leyes habilitantes y los decretos-leyes (decretos con rango, valor y fuerza de Ley) no pueden alterar ni afectar las normas constitucionales referidas a la función pública contenidas en los artículos 144 a 149 entre otras; en el ámbito económico y social los decretos-leyes no podrían alterar ni afectar el Título VI de la Constitución referido al sistema socioeconómico; en el ámbito financiero y tributario no se podría afectar los artículos 316 y 317; en el ámbito de la seguridad ciudadana y jurídica no podría afectarse en particular el artículo 332 constitucional; en lo que respecta al ámbito de la ordenación territorial no puede afectarse el título II de la Constitución y en particular el Capítulo II referido a la división política; y en el ámbito de seguridad y defensa debe preservarse los principios que dan corresponsabilidad al Estado y la sociedad civil y preservan la independencia, la democracia, la igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, tal como lo dispone el artículo 326 constitucional y en lo que respecta a la Fuerza Armada Nacional, estos decretos-leyes no pueden afectarla en su carácter profesional sin militancia política y en su servicio exclusivo a la nación y en ningún caso al de persona o de parcialidad política alguna tal como lo dispone el artículo 328 constitucional.
Posición ante estos acontecimientos
Nuestra posición es la de invitar al debate nacional, plural y democrático ante la arremetida autoritaria del régimen que busca confiscar los espacios de libertad, la soberanía del pueblo para encolumnar un sistema personalista, monocrático y plebiscitario que algunos llaman "neodictadura constitucional" (RMG: lo que es una contradicción de términos). Defenderemos los valores constitucionales democráticos y el poder constituyente del pueblo ante el engaño, la manipulación, y las mentiras colectivas que quiere imponer el régimen en su afán no solo de desarticular la democracia sino de disolver la República y de propiciar un golpe de Estado a la Constitución por el camino de una propuesta de reforma constitucional elaborada por una cúpula del poder, sometida dicha propuesta a una Asamblea Nacional apócrifa para luego ir a un plebiscito que no es otra cosa que la confiscación de la soberanía del pueblo a favor del César criollo. Es por ello que de igual forma exhortamos al pueblo venezolano a declararse en alerta máxima frente a las pretensiones del Gobierno nacional de silenciar a los venezolanos al comenzar de manera decidida a desarrollar un perverso proceso de debilitamiento de la libertad de expresión en información en nuestro país, con lo cual se le propina una puñalada certera y mortal a la democracia de Venezuela, lo cual pareciera consumarse abiertamente con acciones como las emprendidas en contra de RCTV y el resto de los medios libres e independientes, por lo que convocamos a una gran concentración el próximo 27 de enero a las 10:00 am en la avenida Francisco de Miranda a la altura de Chacaito, demostrando así que no dejaremos que nos amordacen frente al totalitarismo. Hermann Escarrá, Caracas, viernes 19 de enero de 2007
Nota
Tratando de dar un viso institucional a la habilitación cometida, la Asamblea Nacional declara que ella va a redactar la reforma constitucional y la remitirá al Presidente para su revisión y aprobación, cuando la verdad es que resignaron la responsabilidad otorgada por el pueblo al poder que debían controlar y que debe estar sometido, como todos, a una Constitución cuyos artículos no pueden serle complacientes. La Constitución es la norma suprema de la República siempre que cumpla con los requisitos de garantizar el ejercicio de la democracia bajo su concepto de autonomía efectiva de los poderes públicos, alternabilidad en el ejercicio del poder supremo mediante elecciones transparentes, directas y secretas y descentralización de la administración pública; amparar a todos los venezolanos si distinción de credos ni ideologías, no como instrumento de impunidad para un sector de la población y de represión para otro; y garantizar los derechos naturales del hombre, como la vida, la libertad (de asociación, de expresión, de pensamiento ...), la igualdad ante la ley y la propiedad privada.

miércoles, 24 de enero de 2007

23 de enero de 1958: Democracia y punto (II)


La democracia sólo puede querer el bien para Venezuela
Así como Bolívar es asumido como conspicuo símbolo de las lealtades comunes del pueblo venezolano, porque según su percepción básica, Bolívar solo puede querer el bien para Venezuela, así el 23 de enero de 1958 se transmutó en el tiempo, por la profunda introyección de la libertad como valor ascensional, en el símbolo de su vocación democrática, porque la democracia, por su natural característica participativa e igualitaria, en cuanto cada quien según sus capacidades, no puede querer sino el bien para Venezuela. Esa definición no había sido considerada por los ideólogos de la "gendarmería necesaria" que consideraban que esta era "la forma de gobierno genuinamente venezolana, generada por el atavismo racial de la mezcla del indio flojo, del negro bruto y supersticioso y del blanco ladrón, donde las masas carecen de conciencia sobre principios elevados y sobre moralidad, y obedecen fundamentalmente a sus instintos que no los frena ni sujeta sino tan solo la presencia subyugante y magnética del caudillo. De allí que las formas ideales importadas de Europa, bajo la denominación de constituciones escritas, de derechos políticos, de igualdad jurídica, de libertad, de federalismo, etc., no signifiquen nada para un pueblo que ni las conoce ni les emociona. Por ello en su aplicación práctica, esos esquemas se han estrellado contra la realidad del caudillo, único capaz de consolidar el orden y de poner cese a sus desbordamientos atávicos". Imposible mayor insulto para una ciudadanía que, mayoritariamente, en los primeros cuarenta y cinco años hasta 1998, de los 177 de su republicanismo (1830), ha luchado por su movilidad social, para liberarse de atavismos indignantes y para suprimir de su realidad política la tiranía como forma inapelable de gobierno, precisamente sustantivada aquel 23 de enero de 1958 que recordamos en esta conmemoración en pie de lucha contra la amenaza despótica del estatismo político y socioeconómico, en el feraz surgimiento consciente del concepto de ciudadanía inherente a la concepción de democracia y libertad como valores fundamentales de la humanidad.
El 23 de enero de 1958 alba prodigiosa de la democracia venezolana
El 23 de enero de 1958 comenzó a gestarse un país que pasó en cuarenta y nueve años, de 7.500.000 habitantes, crecimiento que le había costado 161 años, contados a partir de 1800, a 26.000.000 de venezolanos, aproximadamente, porque el Instituto Nacional de Estadísticas mantiene fuera de acceso su página web. Y fue la democracia la que permitió nacer a todos los hombres y mujeres que hoy conforman su gentilicio, y con inusual generosidad dio cabida y cobijo a millones de otras nacionalidades que avizoraron su futuro en esta tierra de gracia y que con orgullo hoy llamamos compatriotas. Como ejemplo contrastante debo citar a Cuba, símbolo de la reacción de la actualidad, país que para 1959 tenía la misma población que Venezuela, y que hoy, cuando nosotros somos 26 millones, apenas llega a los once millones de sonámbulos obsecuentes y de doble moral. Se cometió en las narices de la humanidad el más grande genocidio de la historia impidiéndole nacer, selectivamente, a millones de seres humanos, instalando depravadamente una sólida industria cosmética con la placenta de millones mujeres obligadas a abortar. La democracia venezolana permitió que nacieran útiles e inútiles, pacifistas y violentos, vagos y esforzados, todos nacieron. A sabiendas de que esta permisividad acarrearía serias dificultades por el colapso de los servicios públicos. Pero nacieron todos. Y cada día mejoró el sistema de asistencia médica y aumentó la posibilidad de nacer vivos más venezolanos, como es el caso de los pueblos indígenas que hoy pueden contarse en cerca de 400.000 individuos, cuando estaban casi extinguidos antes de que la democratización de la medicina los alcanzara. La misma oportunidad para aquellos que luego transitaría el camino del crimen y el deshonor, como para quienes elegirían el del trabajo y el estudio. La misma oportunidad para todos, y solo por eso la democracia merece el respeto de todos los venezolanos. Porque les permitió vivir. La vida y su calidad ya es responsabilidad suya. No del Estado. Suya. Y si algún reclamo debemos hacer a la democracia es la de no haber ejercido la fuerza necesaria para formar demócratas de todos sus ciudadanos y permitir que los enemigos de la democracia se enquistaran en las universidades desde cuyas cátedras introyectaron su mensaje liberticida. Pero por esto, y a pesar de todo, Venezuela está condenada a ser grande por su gente. Grande por sus hombres y mujeres libres y no por sus recursos naturales ni por su arquitectura turística. Porque un país, como lo dijera Gallegos, se mide por la cantidad de hombres libres que posea. Que será rico por la laboriosidad de su gente y no por su petróleo. Ese es el sueño reiterado este 23 de enero. Por todo ello como acertadamente lo dijera Arturo Uslar Pietri: "El 23 de enero será en el símbolo, lo que fue en la realidad, el alba prodigiosa del duradero día de la democracia venezolana".
La dictadura es un antivalor
Las dictaduras de izquierda o de derecha, que obligan y prohíben, o los sistemas estatistas como el comunismo que además resignan la ciudadanía creando un parasitismo masificado, son antivalores, porque privilegian logros materiales subordinando la condición humana, lo que propende la supervivencia de la población por la sumisión. Hay que recordar que una nación progresista no es otra que la que organiza sus especificidades individuales en función del bienestar colectivo.
Evolución vs revolución
Es imperativo, para el cabal manejo de los conceptos políticos que hoy se conjugan en el escenario público venezolano, definir a cabalidad los vocablos que utilizamos, uno de ellos es revolución y su derivado revolucionario, tristes rémoras, en cuanto a política se refiere, de épocas criminales, sin valoración por los derechos de la humanidad, y de total desprecio por la vida, cuya desolación ha llegado a nuestros días. A la revolución, que es pre política por su barbarie impositiva, se antepone en la modernidad la política, que es disenso, discusión, negociación, acuerdo, civilización, elección por mayoría. Así que toda revolución es pre política. Ante el poder de la violencia sobra el diálogo. El que no está conmigo está contra mí. Carece de derechos. Por ello la revolución se acata o se combate, considero inútil pretender dialogar con quien tiene preconcebido un modelo de sociedad, excluyente, tanto de la individualidad como de la pluralidad, cuya imposición se consolida sobre el pueblo humilde a través del poder intimidatorio de la turba, estimulada por la promesa de impunidad, y debidamente "idologizada" para comprometer su incondicionalidad al líder, protegida por una parainstitucionalidad ilegal, cuyo componente paramilitar, surgido de la misma turba, entrenado por traidores institucionales, pretende sustituir la Fuerza Armada, en la imposición de la fórmula ceresoliana, que execra a los partidos políticos, líder, pueblo, ejército. El peligro antidemocrático subsiste bajo un hipócrita discurso "democrático", que se evidencia en realidad enemigo de la democracia al preconizar la igualdad, que puede ser impuesta nivelando por debajo, por encima de la libertad. Frente a esos términos reaccionarios, que evocan muerte y destrucción, hay que elevar la bandera de la evolución, y evolucionario sería su correspondiente seguidor, palabra que reivindico por su impecable raíz castellana. Evolucionario es quien asume el crecimiento desde lo construido, quien lucha por la equidad y el equilibrio social, desde la democracia y la libertad, respetando las diferencias y las singularidades. El evolucionario debe levantarse como pendón civilizador frente al decimonónico revolucionario retrasado, reaccionario, depredador y nocivo para la salud de los pueblos.
La democracia necesita demócratas
Ser demócrata significa que hemos introyectado que los derechos de la minoría o de los disidentes no se verán atropellados o conculcados por la mayoría. Es decir que debo respetar el derecho del otro aun cuando mi fuerza o mi poder me permitan conculcárselo. Que la debilidad del otro, niño, mujer, anciano, significa para mí una orden de respeto. Un demócrata conoce por intuición que el diálogo y la tolerancia como espíritu de justicia y el respeto por el otro, el respeto por la diversidad, y la responsabilidad con el planeta y el medio ambiente son expresiones elevadas de la cultura humanitaria. Que el Estado está al servicio de todos, no de la parcialidad política afecta al régimen. Que mientras el fascismo propugna el partido único, el líder único, el sindicato único, el pensamiento único, sustentado por un poderoso que centraliza la economía y las instituciones y deposita en sí todos los poderes públicos, la democracia pluraliza el pensamiento y sus manifestaciones políticas, respeta el derecho de los trabajadores a asociarse en la defensa de sus reivindicaciones, regionaliza el liderazgo y propende a la municipalización de la administración pública, y se sustenta en la Constitución y las leyes, cuyo cumplimiento optimiza su ejercicio.
Una definición de democracia ajustada al ideario de Bolívar
La democracia se ha definido tradicional y simplistamente, por una premisa de Montesquieu, y sin mayor revisión ni adecuación posterior a las dinámicas políticas actuales, como "gobierno del pueblo", con lo que sirve como fachada para cualquier andamiaje tiránico sustentado por una muchedumbre desclasada seducida por la promesa de dormir comida. La definición académica no se aleja mucho de esta primera referencia y sostiene que la democracia es un "régimen político en el cual la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos sin distinción, es decir, al pueblo", y la divide en representativa, autoritaria y social. La frase "régimen político" con la que se inicia esta última definición refiere a "conjunto de reglas o normas" es decir "sistema". Y desde este punto adelanto una definición que asume lo sistémico como garantía de perdurabilidad, acorde con nuestras realidades y esperanzas, y sustentada en el enunciado de Bolívar en su Discurso al Congreso de Angostura: Democracia es el sistema político cuyos atributos son el Estado de Derecho, la celebración de elecciones libres, periódicas y justas, un régimen plural de partidos políticos, el respeto a los derechos humanos y a las libertades públicas, especialmente la libertad de asociación y de expresión, y cuyos gobiernos están sujetos a las normas constitucionales establecidas por la ciudadanía en el libre ejercicio de su soberanía, regido por los principios capitales de la división de poderes y el equilibrio de las autoridades y consagrado a producir la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política.

martes, 23 de enero de 2007

23 de enero de 1958 democracia y punto I


Cuando se cumplen 49 años, casi medio siglo, de la asonada popular que lanzó al degredo de la historia al último tirano que deshonró la patria y la gesta de Bolívar, produce el asombro ver a Venezuela nuevamente dominada por una tiranía, esta vez envuelta en un autoritarismo inédito, surgido de unas elecciones y bajo premisa constitucional, que con una serie de subterfugios leguleyos logró dominar el escenario institucional de la república para perpetuar a un delirante mesiánico en el poder, con la ignorante complicidad de un pueblo cuyas necesidades de supervivencia fueron o ignoradas o insatisfechas por los últimos gobernantes del período democrático que culminó en diciembre de 1999. No podrá Venezuela celebrar los 50 años de su democracia, el poder metaconstitucional que detenta el presidente de la república, y la discrecionalidad con la que es manejado el dinero del petróleo para conquistar mantenidos internacionales como Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, y engañar con su discurso y misiones pobrecitistas a la masa que le sirve de base a sus ansias de poder omnímodo, ha permitido que sin prisa pero sin pausa esa autocracia haya dado un viraje, que fue anunciado por muchas voces, para instaurar, quien sabe por cuantas generaciones, un régimen comunista en el país bajo la premisa del socialismo siglo XXI, lo que seguramente no se esperaba Fidel Castro, que fue derrotado por Rómulo Betancourt en sus aspiraciones de exportar su revolución inmoral. Sin embargo, el pueblo venezolano de conciencia inteligente, que no ha podido engañar el déspota con sus limosnas infamantes, sigue librando una batalla por la democracia y por la libertad, usando los pocos espacios que todavía le quedan, tomando este día 23 de enero, como símbolo de la victoria posible.
El primer esbozo democrático

En puridad histórica, el primer desplante democrático venezolano, surgió el 14 de febrero de 1936, de la voluntad de la primera manifestación popular multitudinaria que se realizara en Venezuela, que fue salvajemente reprimida pero que obtuvo como resultado la eliminación del rezago gomecista enquistado en el gobierno de Eleazar López Contreras. Y desde ese día comenzó Venezuela su lucha por las reivindicaciones políticas que la llevarían al disfrute de la democracia formal a partir del 23 de enero de 1958, luego de superados los diez años de oscurantismo que significó el infausto período perejimenista.
De un pueblo semi bárbaro a una nación desarrollada

Para poder evaluar lo que tenemos hoy es imperativo recorrer con sindéresis la historia de la Venezuela pre democrática cuando Venezuela era un harapiento país campesino, sin libertades públicas, con un nivel de analfabetismo cercano al 50%, a pesar de que su población apenas llegaba a los siete millones de habitantes; con la educación primaria restringida a aquellas capitales de distrito con alta densidad de población, y liceos con bachillerato completo solamente en las capitales de Estado, y con tercer año en algunas contadas ciudades; en el que existían tres universidades públicas y dos privadas, con escasos núcleos; sin luz eléctrica ni agua potable en la mayoría de los pueblos provinciales; sin vías de comunicación, salvo las que entrelazaban las grandes ciudades; sin hospitales para las mayorías; con un reducido e insignificante número de profesionales universitarios y con una industria mínima. De ese estado semi bárbaro, aterrorizado por la amenaza brutal de la dictadura que mantuvo encarcelada, torturada, asesinada o exiliada a sus mejores mentes, pasamos, a partir de 1958, a un país, entre muchas ventajas, con libertades plenas, en el que se destituyó, enjuició y encarceló un Presidente de República, evidencia de la perfectibilidad del sistema; administrado bajo un proceso de descentralización esperanzador, con elección directa de gobernadores y alcaldes, inmerso en el mundo científico y tecnológico, en el que se “sembró el petróleo” financiando un sistema educativo masificado con 7.631.031 estudiantes (no existe un pueblo en la Venezuela de hoy, por remoto que sea, que no tenga una escuela). Liceos de bachillerato completo en casi todas las poblaciones; con treinta y nueve universidades (21 públicas y 18 privadas), de las que han egresado más de cien mil ingenieros, considerados, junto con nuestros 44 mil médicos, de los mejores de América Latina, que forman parte de una fortaleza de 2.514.935 ciudadanos con nivel educativo técnico superior o universitario en todos los órdenes, incluyendo las fuerzas armadas; y más de cien institutos universitarios, e institutos de investigaciones científicas; y que redujo el analfabetismo al 6,4%, para asombro de la demagogia en función de poder, recordando que todo asombro es ignorancia. Y además, que cuenta con servicios básicos imprescindibles como luz eléctrica, agua, hospitales y módulos asistenciales, telefonía y cloacas, con contadas excepciones, en todo el país cruzado por casi 80 mil kilómetros de carreteras y autopistas, dinámicas zonas industriales, una empresa petrolera nacionalizada altamente eficiente, hoy en peligro de destrucción, un complejo hidroeléctrico espectacular, capaz de exportar energía, que le economiza al país millones de barriles anuales de petróleo que se revierten en divisas indispensables para el desarrollo; una pequeña y mediana industria pujante que necesita mercados más que apoyo financiero, y en el que nació Ciudad Guayana como pujante polo de desarrollo minero y siderúrgico, sede del parque industrial metal mecánico ocioso o sub utilizado más grande de América Latina; todo esto sin agotar el inventario, y sin mencionar, el puente sobre el lago de Maracaibo o sobre el Orinoco, y los espacios para la cultura y el esparcimiento, como el Teatro Teresa Carreño, el Poliedro y las costosas instalaciones deportivas. Esta es la Venezuela de hoy que también exhibe negativamente una población en pobreza crítica, producto de una insostenible situación económica, producida por una falta de crecimiento económico sostenido, con pequeños intentos insuficientes, el pago del servicio de la deuda externa que consume un elevado porcentaje de los ingresos petroleros, por la corrupción obscena de gobernantes inescrupulosos, sobre todo en los últimos años, por una ineficiente distribución de la riqueza, en la que llevar al pueblo un bolívar de servicios públicos cuesta tres, por la carencia de un eficaz sistema de seguridad social, acompañado por el fracaso de la educación como fuente de artes y oficios, y agravado por la actitud de una masa poblacional, con locus de control externo, convencida de que la solución de sus problemas es asunto de Dios, el azar o el gobierno, sin la menor estructura volitiva para su desarrollo personal, abrazada a las piernas del poderoso de turno. Pero la única manera de eliminar o minimizar esta pobreza que nos duele y hiere nuestra inteligencia, es en libertad, con más y mejor democracia y con la participación directa de los afectados que deben pasar a formar parte de las soluciones. Porque el reto para erradicar la pobreza radica en promover el crecimiento económico sostenido, que a la vez aminore la desigualdad, propiciando el libre mercado, el equilibrio de las finanzas públicas, el incremento del ahorro interno, el fortalecimiento de las empresas y de la generación de cada vez más empleos, mejor remunerados. En este sentido la distribución de la riqueza es una tarea productiva, no asistencialista, de corresponsabilidad entre la sociedad y el poder público, entendida como una función solidaria de gran alcance que le permite al ciudadano pertenecer a una sociedad más justa y más digna, pero fortaleciendo la responsabilidad del individuo.
La democracia es un camino que se construye día a día, y se optimiza generación a generación

Los venezolanos que nacieron a partir del 23 de enero de 1958, no conocieron la Dictadura, y por eso algunos la invocan como solución a los problemas sociales que aquejan al país, confundiendo el concepto de democracia, que es un pacto político para evitar la tiranía, con gobiernos en democracia que son los responsables de los errores que generaron el descontento popular. Por ello aquellos que la conocieron o sufrieron sus devastadores efectos tienen la obligación moral de, a pesar del tiempo transcurrido, alertar a la sociedad sobre lo funesto de esta forma despótica de gobernar. Desde aquel 23 de enero de 1958 hasta diciembre de 1998 se había venido consolidando la democracia, con sus errores e imperfecciones, sus sobresaltos y amenazas, pero también, con lo más importante, con el espíritu de libertad que se introyectó en la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que, a pesar de todo, cada día adquiere más conciencia inteligente sobre su responsabilidad en la participación política que define el sistema democrático, y defiende con ahínco sus libertades sustantivas como son el disenso, la libertad de expresión, los derechos humanos, el estado de derecho, la institucionalidad y el respeto debido a la Constitución. Con esa firme determinación del pueblo es imposible que tenga éxito cualquier forma de despotismo en Venezuela, como la que hoy pretende implantar la igualdad por debajo, por encima de la libertad, imponiendo al país un sistema político devaluado y repudiado por la humanidad entera después de setenta años de oprobio y cien millones de muertos como evidencia de su ineficacia y tendencia criminal.
El 23 de enero de 1958 se consolida la igualdad

El 23 de enero de 1958 es la fecha que marcó en el alma colectiva venezolana el fin de todas las pesadillas dictatoriales. Fue el sepulcro definitivo de 128 años de barbarie militarista que sumió a Venezuela en el atraso, la miseria y el terror. Fue el inicio de la concepción de la libertad como máxima expresión del espíritu humano, y fue la fecha que consolida en la práctica el ejercicio definitivo, y para siempre, de la igualdad. Porque es completamente falso que con la Federación se haya implantado la igualdad, fue, en todo caso el insolente igualitarismo refistolero lo que se impuso. Puro marco teórico como lo de “Dios y Federación” en los documentos públicos de gobiernos centralistas, lo que es llevado hoy en día a la exacerbación por el autócrata en mala hora elegido por el pueblo. Pero la igualdad, esa portentosa figura humanista que coloca a cada cual según sus capacidades en el mismo plano, eliminando estúpidos privilegios exógenos como el color de la piel, apellidos o procedencia, definición que nos coloca en el dilema hamletiano del “ser o no ser” por nuestra propia aptitud y voluntad y no por la decisión de limitaciones sociales, es producto de la democracia surgida el 23 de enero de 1958.
Igualdad en las fuerzas armadas

Uno de los estamentos institucionales donde la igualdad se reflejó con mayor vigor a partir del 23 de enero de 1958, fue en la oficialidad de las Fuerzas Armadas, que eran reducto inexpugnable de blancos, catires preferentemente, mejor de clase pudiente y con dos apellidos obligatoriamente. Fueron muchos los catiritos que buscaban ansiosamente al padre barragano para que lo reconociera para poder ingresar a la Fuerza de su preferencia con sus dos apellidos, y sobra quien se inventó el otro repitiendo el de la madre. Si no me creen, investiguen cuántos oficiales negros o “de color”, o cuántos estudiantes de la Academia Militar, con estas características, lo eran antes del 23 de enero de 1958.
La masificación de la educación: un logro de la democracia

El 23 de enero es fecha reverente para el pueblo venezolano consciente; el país, a partir de allí, se pobló de escuelas, hasta el último caserío tuvo la suya. Solamente en el depauperado estado Sucre se crearon 3.600 escuelas en dos años, entre 1960 y 1962, lo que constituyó un hito mundial reconocido por la Unesco. La matrícula en los liceos se quintuplicó obligando al gobierno a crear nuevas infraestructuras para albergarla. La movilidad social producida por la igualdad de oportunidades en las universidades no tiene parangón en la historia de América Latina. Hay que ver la cantidad de jóvenes egresados de humildes liceos provincianos, que llegaron a Caracas a desempeñar los más humildes oficios para poder estudiar en la Universidad. Y esa masa surgida de las aulas universitarias ocupó el escenario desarrollista del país, y de ella derivó por movilidad social la llamada clase media, que hoy insulta la ignorancia con sus desplantes mediocres. La clase media es el pueblo estudioso y laborioso, y por ello en Venezuela la cacareada lucha de clases, tan citada por el marxismo infantil, no es más que la envidia de los que se quedaron contra los que surgieron. La democracia constituyó en Venezuela la auténtica revolución. La que elevó a un pueblo por encima de la ignorancia. La revolución que impone Chávez es “retrolución”, sectaria, excluyente y que propicia la ignorancia escolarizada, a través del razonamiento inducido en una escuela dogmática e ideologizante.

lunes, 22 de enero de 2007

Pensar en río revuelto


Chávez está ultrapasando los límites de la democracia y perderá el apoyo de los sectores moderados de la izquierda mundial. Coquetea peligrosamente con el autoritarismo” Luiz Inacio Lula da Silva
¿Poder Popular?

Constitución cubana, Art. 4. “En la República de Cuba todo el poder pertenece al pueblo trabajador que lo ejerce por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas derivan, o bien directamente”. Se parecen tanto que parecen uno.
¿Partido único?

Constitución cubana, Art. 5. “El Partido Comunista de Cuba, vanguardia organizada marxista-leninista de la clase obrera, es la fuerza dirigente de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”. Es decir, el partido único es el Estado.
¿Educación laica y socialista?

Constitución cubana, Art. 38. “El Estado orienta, fomenta y promueve la educación, la cultura y las ciencias en todas sus manifestaciones. En su política educativa y cultural se atiene a los postulados siguientes: a) fundamenta su política educacional y cultural en la concepción científica del mundo, establecida y desarrollada por el marxismo-leninismo; b) la enseñanza es función del Estado. En consecuencia, los centros docentes son estatales. c) promover la formación comunista de las nuevas generaciones y la preparación de los niños, jóvenes y adultos para la vida social.
¿Nuevo modelo económico?

Constitución cubana, Art. 14. “En la Republica de Cuba rige el sistema socialista de economía basada en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios de producción y en la explotación del hombre”. Art. 15. “La propiedad estatal socialista, que es la propiedad de todo el pueblo, se establece irreversiblemente sobre las tierras que no pertenecen a los agricultores pequeños o a cooperativas integradas por los mismos; sobre el subsuelo, las minas, los recursos marítimos naturales y vivos dentro de la zona de su soberanía, los bosques, las aguas, las vías de comunicación; sobre los centrales azucareros, las fábricas, los medios fundamentales de transporte, y cuantas empresas, bancos, instalaciones y bienes han sido nacionalizados y expropiados a los imperialistas, latifundistas y burgueses, así como sobre las granjas del pueblo, fábricas e instalaciones económicas, sociales, culturales y deportivas construidas, fomentadas o adquiridas por el Estado y las que en el futuro construya, fomente o adquiera”.
Saber lo que no quiere...

La supuesta felicidad que embarga al pueblo venezolano aún en su miseria e inseguridad más atroz, es un síntoma que los sociólogos no se han preocupado en diagnosticar. El síndrome de la ignorancia positiva. Al no saber lo que en realidad se quiere, se cae en la pasividad de la resignación necesaria que lleva a la felicidad irresponsable. Sin embargo, la encuesta Datos, encargada por El Nacional, refleja que además el pueblo no ha logrado introyectar lo que “no quiere” para convertirlo en herramienta política. Y los resultados electorales del 3D son una prueba irrefutable al contrastarlos con sus opiniones. Así que es importante en esta lucha política por la democracia y por la libertad organizar lo que el pueblo tiene confundido. ¿Qué es lo que el pueblo no quiere y por qué eso que no quiere no influye sobre sus preferencias o decisiones políticas? Y, además, la ignorancia sobre los conceptos de la política y las diferencias sustantivas entre las corrientes ideológicas, y su desconocimiento sobre las características fundamentales de la democracia y su confusión con el desempeño económico de los gobiernos y las libertades civiles, son causa suficiente para determinar la invalidez de sus decisiones políticas. Por ejemplo, un pueblo que acaba de reelegir a Chávez, que cree por ello que lo que ha sido apoyado es su propuesta socialista, se manifiesta inmediatamente después contrario a todas las características del comunismo que eligió al elegir a Chávez. La ignorancia si no se cura a tiempo hace metástasis en estupidez.
Si el pueblo no lo sabe no sucedió

El novel ministro del interior y justicia Pedro Carreño ha oficiado a las policías del país para que nieguen a la prensa los informes sobre los homicidios ocurridos en sus jurisdicciones para “no alarmar a la población”, en lugar de poner en práctica un sistema de seguridad ciudadana eficaz, apela a silenciar la prensa. Esta orden viola el artículo 57 de la Constitución que expresa que “Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los asuntos bajo su responsabilidad”, violación que remite al artículo 25: “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa según los casos sin que les sirvan la excusa de ordenes superiores”, porque según el artículo 58: “Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución...”. ¿Tenemos Constitución o no tenemos Constitución? Por favor aclárenlo de una vez y dejen el jueguito.
¿No y que Chávez no era así...?

“El nuevo mapa estratégico, un partido único, la estatización de “actividades estratégicas” (Electricidad, Cantv o RCTV), el desarrollo de una economía popular endógena y negada al sistema capitalista. La propiedad colectiva de los bienes y la reducción de la propiedad privada serán la regla. El Ejército institucional será transformado en milicias bolivarianas populares: el hombre de la calle en armas, como lo precisó Chávez el 28 de diciembre. La educación bolivariana será marxista en sus contenidos y la información de los medios, veraz y formadora, porque sólo habrá espacio para la información doctrinal socialista. Las alcaldías y los concejos municipales, raíces históricas de nuestra organización pública, darán paso a los consejos comunales y a las misiones: sostenedores de la disciplina popular y la producción socialistas. No habrá alternabilidad política, en fin, pero sí derecho al voto electrónico. Las primeras señales ya las conoce el país”. Editorial de El Universal. ¿Por qué será que los chavista boliburgueses, que tienen tanto que perder, no le creen a Chávez? Yo sí le he creído siempre. Por eso no me pelo.
¿Qué significa socialismo siglo XXI? “Para la gente “socialismo del siglo XXI” significa: mucho real, en mano y a cada rato; pa’gastarlo en todo lo que Chávez aborrece y cree innecesario. Así que no te equivoques, viejo. No confundas “socialismo a la venezolana” con “período especial” cubano; que la gente está muy clara y es insaciable. ¡No caigas por inocente, que cuando la gente cobra, cobra!”. Antonio Cova Maduro. Pero también socialismo siglo XXI significa “graduáse de dotol sin pasá por bachiyel”. Ser ministro siendo analfabeto. Presidente de empresa básica desde la vagancia. Ascender por el mérito de carecer de mérito. Por eso el país anda como cojea.
Hermanos del mal

“Lo único que puede unir en estos momentos al venezolano Hugo Chávez, y sus seguidores en otros países de Iberoamérica, con el iraní Ahmadineyad y los suyos es la voluntad de atacar y debilitar la civilización occidental. Se trata de una asociación abiertamente antiliberal. No desean el desarrollo del libre comercio, ni les importa la extensión de los valores democráticos; les trae sin cuidado que en un país se apedree legalmente a seres humanos por sus orientaciones sexuales, o que en otro se persigan y se cierren los medios de comunicación críticos con el poder. Para estos pequeños países, como Nicaragua o Ecuador o Bolivia, a los que Chávez ha metido en este sindicato siniestro, llegará un día en el que la historia les pedirá cuentas de por qué se han prestado a ser los engranajes de un complot en el que no tienen nada que decir, ni nada que ganar, pero mucho que perder. El mundo debería empezar a mirar muy seriamente estas veleidades de uno y otro como lo que verdaderamente son, una auténtica coalición de malas intenciones, basada en planes de coacción energética, nuclear o de ambas cosas a la vez”. Editorial ABC de Madrid
El vicepresidente de la Asamblea Nacional sostiene que “Cuba es la nación más democrática del mundo”
¿Qué es democracia para el chavismo? ¿El ascenso de los mediocres? ¿El enriquecimiento ilícito? ¿La nivelación por debajo? ¿La repartición proporcional de la miseria?
Socialismo según Izarra

“El socialismo del siglo XXI es un sistema político, económico y social de fundamentación humanista basado en el bien común (hasta aquí ese concepto le calza a todos los partidos, incluso los de derecha), la producción social (podría ser social demócrata o demócrata cristiana), y la participación directa del colectivo, sin intermediación con respecto a las decisiones que involucren el destino y la prosperidad de la nación. (¿Han escuchado paja tan grande?). No es comunismo. Es un concepto inédito y propio de las raíces venezolanas, de nuestros libertadores (que de paso eran todos liberales), que busca la emancipación del pueblo” Si esto que dice Izarra no es demagogia, ¿qué es? (Como he sostenido, los comunistas son expertos en hablar decorado para atrapar incautos para su molienda. RMG). Las aberraciones más grandes se han cometido a nombre del socialismo. El Partido Nacional Socialista de Hitler era eso, un partido socialista. Los chinos de Mao estaban en contra del socialismo de Stalin. Ambos socialismo no se anduvieron con pequeñeces. Para convencer de las bondades del sistema crearon miles de campos de concentración y mataron a millones de seres por pensar diferente. Para qué hablar de Hoxa, de Albania, país que sólo podía ser comparado con Haití, por lo atrasado y cruel. Kim Il Sung, quien creó una dinastía terrorista, dejando en el poder a su hijo mayor, también fue un gran carnicero. Qué decir de Pol Pot en Kampuchea, quien con su renovación territorial y creación de consejos comunales campesinos, asesinó a más de un millón de personas en una orgía de sangre tan grande que Vietnam tuvo que invadir a Kampuchea para derrocar al “carnicero de Asia”, como se le llamaba”. Mario H. Concha Vergara
Comunismo es hambre que mata

Suele considerarse el holocausto judío como el mayor crimen contra la humanidad, sin embargo el comunismo ha matado en el mundo a mucha más gente que los seis millones de judíos que asesinó la alimaña Hitler. Las hambrunas causadas por las políticas comunistas rusas entre 1921 y 1922 resultaron en 4 millones de muertes y en la China comunista, desde 1958 a 1961, en 27 millones de muertos. Otros 8 millones murieron de hambre en Ucrania en 1932. En Camboya murió de hambre y torturas un millón de personas en el programa de ordenación territorial. En total, la Unión Soviética mató de hambre o envió al paredón a 40 millones de sus ciudadanos, mientras que Mao causó la muerte de 45 millones de chinos, sin embargo, en su visita a China, Hugo Chávez se identificó como gran admirador de Mao Tse-Tung. ¿Todavía dudas?
¿Partido único o Gacoco?

¿Qué puede salir de un batido de MVR, que ya es una mezcolanza de cuanto oportunista pastó en estos predios del Señor incluyendo a ex de la derecha como William Lara que defendía la Agenda Venezuela de Caldera, ultras de ambas, izquierda y mochos con el PCV, PPT, Podemos, MEP, LS, endulzado con Tupas y Tupac, Lina Ron y demás polvorosas? Un carato indigesto. Eso será el PUS. Todo partido único gobiernero es en realidad un grupo de ambiciosos cohesionados por la codicia (Gacoco). Pobre país.
¿Para qué quiere más?

Según el investigador de la comunicación, Antonio Pasquali, el Gobierno poseía, además de la Agencia Bolivariana de Noticias, para 2005, los siguientes medios de comunicación: “1º. Cuatro televisoras nacionales e internacionales ideológicamente sincronizadas, VTV, Vive TV, ANTV, CMT, el canal de la Asamblea Nacional, y Telesur (con sus 45 repetidoras VTV es hoy de mayor cobertura) respaldado desde 2002 por 25 televisoras para-públicas comunitarias; 2º. Un número en constante crecimiento de radios (la sola RNV cuenta hoy con 11 repetidoras en AM y 32 en FM) próximos a copar la mitad del dial nacional, respaldado desde 2001 por 146 radios para-públicos comunitarios/alternativos; 3º. Un enjambre de medios impresos en que destaca VEA o A Plana Voz más 72 periódicos para-públicos comunitarios; 4º. Una multitud de sitios web, oficiales y para-públicos, en que figuran 24 del gobierno y 66 de “alternativa bolivariana”, estos últimos repetidos por 62 sitios latinos y al menos 20 internacionales, género Radio Bolivariana de Miami o la esquina caliente en Berlín”. Pero quiere también RCTV... y todas toditas las demás para su proyecto de hegemonía mediática. Ya no hay caretas.

domingo, 21 de enero de 2007

La aduldolescencia y la libertad


La aduldolescencia, esa adolescencia tardía de los pueblos latinoamericanos, y del llamado Tercer mundo en general, se refugia cómodamente en el populismo que segregan los tiranos, que se convierten en “el padre” necesario a cuya vera y autoridad, reforzadas por el miedo, medran legiones de pobres convenientemente mantenidos en la pobreza mental, reducidos a la esclavitud derivada de la sumisión por la supervivencia, para la perpetuación del tirano en el poder; convertido por esa devota masa mendicante en una especie de “tirano del perpetuo socorro”, cuyo ejemplo más conspicuo lo tenemos con Fidel en Cuba; por eso no me produjo sorpresa alguna los resultados de la encuesta Data Análisis contratada por el diario El Nacional que, entre muchas contradicciones sociopolíticas, como la supuesta “felicidad” en la que vive su inmensa miseria el pueblo venezolano, refleja que la mayoría de los venezolanos apoyan la democracia dependiendo de si resuelve los problemas económicos, confundiendo gobierno en democracia, que si tiene la responsabilidad de resolver los problemas socioeconómicos, con democracia, que es un pacto político para evitar la tiranía. Se es demócrata por convicción, por principios, por ideología, no por hartazgo.